Hace casi dos meses, mi sol, mi guardián que me cuidaba , mimaba y seguía por todas partes, el más amoroso y juguetón de los animales , se fue.
Cuando llegó del refugio estaba triste, apático , pero con paciencia aprendió a jugar conmigo, y cada tarde cuando daban las 7 se sentaba delante de mi con la cuerda en la boca , diciéndome con la mirada pícara , es hora de jugar. Llegaron hermanas y hermanos a los que me ayudó a enseñar las normas de casa, incluso a la perra, mucho más grande que él , le corregía lo que hacía mal .
Cuando me sentaba me ponía la mano en mi pierna pidiendome permiso para subirse encima , echaba la cabeza en mi pecho y con sus manos agarraba mi brazo.Me ha costado mucho daros la noticia, porque cada vez que empezaba me echaba a llorar y no podía seguir. Se fue tranquilo, en un momento, estaba jugando y de pronto se fue y se metió debajo de la estantería. Cuando fuimos a mirar, ya se había ido, así que no sabemos por qué se fue . Todos le echamos mucho de menos, sus hermanos aún le buscan por casa y yo me siento sola cuando miro atrás y no está allí sentado mirando lo que hago. Sé que donde esté, estará poniendo orden y volviendo locos a todos con sus juegos.
Fueron maravillosos los 8 años que pasó con nosotros y jamás le olvidaremos. Con una mezcla de lágrimas y una sonrisa en los labios recomiendo a todo el que pueda adoptar.
Les den más o menos por las circunstancias de la vida, ellos siempre te lo darán Todo.Agradezco al Refugio que nos permitiesen poder vivir con alguien tan especial, y todo el trabajo que haceis por tanto peludo.
Gracias.
2019-01-19