Adoptado
Valentín no puede estar en el refugio: se muere de pena, literalmente. Se pone enfermo de soledad y pena, así que hemos tenido que buscarle con urgencia una casa de acogida.
En casa de los padres de Ofelia y María, Valentín se ha recuperado de todos los males, sólo necesitaba compañía y amor, mucho amor. Y no queremos que se quede solo otra vez, no podemos permitir que vuelva al refugio.
Ya te lo hemos contado todo sobre él: Valentín es bueno, es dulce, es cariñoso, es obediente, es noble, es listo, es lindo y es muy pequeño. El perro perfecto para estar siempre en brazos.
¿Lo adoptas?
Ay por dios!!! me lo como con su nuevo look!! Habrá pasado por las manos de una estilista perruna que yo conozco?? Está guapísimo y es el perro más mimoso que he conocido. Gracias Sandrita