Esta es la crónica de un viaje para algunos de ida y vuelta, para otros sólo de ida. Para uno, un viaje sin retorno posible.

El pasado martes 6 de diciembre recibimos en el aeropuerto de Sevilla a Anja, Gerda e Ilse, nuestras amigas de Galgo Support Holland. Anja e Ilse nos visitaban de nuevo pero para Gerda era su primera vez en Sevilla.

Tras los besos y abrazos y los «Welcome to Spain!» pusimos rumbo a Sevilla por la autovía de Madrid. En esta autovía, a la altura de la salida 521, Gerda recibió la bienvenida de los galgueros:

Para esta criatura como para tantos miles su viaje terminó en una carretera.

Sepultadas por un silencio de tristeza infinita, rabia apenas contenida y vergüenza patria, nos dirigimos al refugio. Allí se trataba de contarles que en fin, que no todos los españoles somos galgueros, que no somos todos unos monstruos. Claro que ¿cómo contarles entonces que no damos abasto con los animales que abandonan porque hemos cambiado el suelo de casa, porque nos hemos vuelto alérgicos o porque estamos embarazados?

Es difícil excusarse cuando quienes abandonan son una mayoría aplastante frente a los que dedican su tiempo y sus emociones a cuidar de tantos seres indefensos en los refugios.

Pese a todo nos pusimos una sonrisa y sacamos nuestro patético inglés de paseo para contarles las obras de mejora que estamos haciendo en el refugio en un intento de darles a nuestros animales lo más parecido a un hogar. Nuestras amigas holandesas jugaron con los perros, les atiborraron de chuches y nos hicimos fotos:

Hubo tiempo para mucho más: para visitar la residencia Los Jinetes en la que Eva y Paqui cuidan de algunos de nuestros animales con el mismo amor y compromiso que el de los voluntarios de El Refugio-Escuela. Para conocer a Estíbaliz, Helena y María, nuestras vetes de la Clínica Sevilla Este y darles la lata un rato largo. Y mucho tiempo también para charlar y agradecer. Es mucho lo que les debemos a nuestros amigos de Galgo Support Holland: su compromiso con el sufrimiento de los perros españoles sean o no galgos resulta fundamental para El Refugio-Escuela.

Robin, uno de nuestros chuchitos «históricos» pasará la Navidad en un hogar holandés gracias a Galgo Support Holland. En casi tres años de vida refugiada, nadie en España se había interesado por él. Zeus, un perrazo que todo lo que tiene de grande lo tiene de puro terror, ya duerme en un hogar holandés. Y por supuesto nuestras preciosas galgas Heidi y Musa.

Pero antes de recibir estas fotos de la llegada de nuestros perros a Holanda tuvimos que despedirnos. Queríamos hacerlo de nuevo entre sonrisas y en todo caso entre alguna que otra lágrima de Carmen y Ángel por tener que despedirse de Musa; de Helena por tener que hacerlo de Heidi; o de los voluntarios por tener que hacerlo de Robin y Zeus. No queríamos y no necesitábamos más dolor… Pero los galgueros de nuevo quisieron dedicarle a Gerda una despedida especial también y nos mandaron una galga ahorcada:

Y así termina la crónica de un viaje de ida y vuelta para Anja, Gerda e Ilse. Un viaje sólo de ida afortunadamente para Musa, Heidi, Zeus y Robin. Un viaje a la muerte para un galgo sin nombre. Y un viaje a la vida para una galga a la que quisieron ahorcar. No, todos los galgueros no son malos, los hay peores.

Hasta que no entendamos TODOS que utilizar un perro en lugar de compartir con él es obra de degenerados, vamos a seguir necesitando toda la ayuda posible de aquellos países en los que simplemente levantarle la voz a un perro es objeto de rechazo social. Y vamos a seguir haciendo crónicas de viajes entre la vida y la muerte.

And now we try (only try!) in english:

This is the account of a journey. Last Tuesday 6 December we welcome Anja, Gerda and Ilse, our friends of  Galgo Support Holland. Anja and Ilse visited us few times but for Gerda was her first time in Sevilla. After kisses and hugs and «Welcome to Spain!»  we got the motorway to Sevilla. At the exit number 521, Gerda received a special welcome from the galgueros: a dead galgo… Trip for this poor galgo was finished…

Buried by a silence of sadness, barely contained anger and patriotic shame  we went to the shelter. We needed to tell our friends that not everybody in Spain are galgueros, that we are not all monsters. But how to tell that when we have a shelter with no place enough for animals abandonned because  we have changed the home ground, because we have become allergic or because we are pregnant?

Despite everything we got a smile and we use our pathetic English to talk with our friends about the works of improvement that we are doing at the shelter in an attempt to give our animals a place like a «home». Our dutch friends played with the dogs, give them sweets and we took pictures.

And we had time also to talk and to thank. There is much that we owe to our friends of Galgo Support Holland: we need to thank them his commitment to the suffering of the spanish dogs whether or not they are galgos.

We didn’t want to and not needed more pain… But the galgueros again wanted to Gerda dedicate a special goodbye so they sent us a hanged galga…

This is the account of the journey with return for Anja, Gerda, and Ilse. A trip with no return (fortunately) for Heidi, Zeus, Musa and Robin. A trip to death for a galgo with no name. And a trip to life for a hanged galga.

No, all the galgueros are not bad people, some of them are worse.

If we do not understand that using a dog instead of sharing with him is up of degenerate people, we will continue to need help from those countries in which simply to raise one’s voice to a dog is subject of social rejection.  And we will continue writing chronicles of trips between life and death.

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2 comentarios

  1. Gracias a las compañeras holandesas por su inestimable ayuda, por dar ejemplo de cómo un país tiene que respetar y querer a los animales, y por mucho más…
    A vosotros, que os puedo decir………GRACIAS POR ESTAR CADA DIA,
    GRACIAS POR EXISTIR!!!!!!!!!!!!!!!! SOIS MARAVILLOSOS!!!!! OS ADMIRO, FELICITO Y ABRAZO…

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