Cuando Fortunato llegó hasta nosotros os hablamos de él en una entrada que titulamos “La suerte de Fortunato”. Y es evidente que no podía llamarse de otra manera: consiguió salvar la vida pese que lo encontramos en un estado lamentable; se adaptó al refugio con una cierta facilidad; se convirtió en pocos días en el ojito derecho de todos los voluntarios; y en muy poco tiempo encontró una familia 10.
Su familia linda… que ahora nos escribe contándonos maravillas de su Fortu: que es un perro listo, que es un perro bueno, que es encantador y que es la sombra de su nueva compañera humana, su llaverito.
Fortunato ha tenido suerte sí, finalmente. Pero su familia también; la inmensa suerte de encontrarlo y adoptarlo, y compartir así la vida con una compañero maravilloso. Ojalá hubiera tantas familias como la del pequeño Fortu; tantas, que tuviéramos que cerrar el refugio por falta de inquilinos…
Por estas cosas, justo por familias como la de Fortunato, por verlo y saberlo feliz, vale la pena seguir en esto. Mil gracias, de corazón.
que bonito ver que hay gente buena y con corazon por el mundo y que alguno de nuestros bichillos estan a salvo,en un hogar y por fin tiene el amor tan anhelado.