Y sí, los ángeles existen. Y forman parte de nuestras vidas. Sólo hace falta mirar bien.
Los ángeles tienen nombre propio. El nuestro se llama Cristina. Porque Yayo, nuestro viejito ciego y asustado, es desde ayer un nuevo miembro de la familia de Cristina ¡Sí!
A Cristina la conocemos desde hace muchos años, siempre está para hacerse cargo, cuidar y mimar a los más débiles, a los que nadie quiere. Cristina le regaló a nuestro Pepe el único hogar que conoció, la única familia que tuvo y lo acompañó mientras se quedaba dormido para siempre; rodeado de amor, de calor y de palabras dulces.
Cristina es un ángel que abraza a Yayo con su inmenso amor y que le susurra al oído: todo está bien pequeñajo, ahora todo está bien.
Gracias emocionadas a todos los que lo habéis hecho posible: a los que habéis difundido el SOS de Yayo por las redes sociales, webs, correos… A los que nos habéis escrito para darnos ánimos e infundirnos esperanzas. Y mil gracias a los papás de nuestra compañera y amiga Marga, ellos cuidaron de Yayo y lo rodearon de mimos en el viaje en AVE de Sevilla a Barcelona.
Y Cristina, ¿qué podemos decirte? Gracias es poco, habría que inventar palabras nuevas. Nosotros preguntamos ¿quién va a querer adoptar a Yayo? Y tú dijiste: yo quiero.
Mándanos fotos, ¿vale? Queremos veros mucho.
Juntos, hacemos milagros.
Marga, sus padres y Yayo, en Santa Justa poco antes de subir al AVE
Siempre he tenido un especial cariño a Carlos y Cristina, que pena que no haya mas personas tan generosas como ellas, desde nuestro querido Pepe,que era un poco de todos tenemos especial conexion. En mi blog de finales felices hay unas fotitos de Yayo en casa: http://elotroblogdeines.blogspot.com/2010/03/yayo.html
Me alegro mucho! El trabajo que hacéis es excelente. Me alegra tanto ser madrina de vosotros…
Increíble, me he emocionado.
Me alegro por Yayo y por Cristina.