Todos acaban por encontrar su lugar en el mundo. Y BLACKY… ¡no iba a ser menos! Sí señoras y señores, ¡Blacky lo ha conseguido! ¡Blacky está en casa!
En Valldoreix, muy cerquita de Barcelona, en una preciosa casa rodeada de naturaleza y junto a una familia belga hermosa, Blacky tiene su lugar en el mundo. ¡Ole ole y ole!
Dice Laurence, la mamá adoptiva, que Blacky, que ahora se lama Lucky Boy (algo así como chico afortunado) «es un perro listo, cariñoso y muy inteligente y con el que lo pasan súper bien.»
Qué maravilla queridos todos, qué fantástico es esto de buscar la felicidad para quienes tanto la merecen; qué afortunados somos teniendo tantas cosas lindas que compartir. Aisssss…
Recordad que la nueva felicidad de Blacky, la vida de los perros y gatos en el refugio es cosa de todos. Todos sumamos en esta tarea maravillosa de cuidar de ellos, de protegerlos y de buscarles su lugar en el mundo.
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