Que no, que los perros no necesitan un jardín más grande, ni una parcela más grande, ni un patio más grande… que los perros te necesitan a ti; que para los perros el paraíso eres tú.
Y si no que se lo digan a Manola que es la perra más feliz del mundo viviendo en el piso de Marisol. Eso sí, a Manola no le falta nada de nada, ni siquiera los paseos a la orilla del mar.
Una mastina en un piso ¡claro que sí! Porque no importa el tamaño del perro ni el tamaño del piso; lo único que cuenta es el tiempo y las ganas que tengas para cuidarlo y para quererlo. Lo que importa es el tamaño de tu corazón.
Y en este caso Manola ha tenido la inmensa fortuna de topar con el inmenso corazón de Marisol.
Mi felicitación para Manola y Marisol